Entre los años 2020 y 2021, el cambio hacia un modelo de tele-trabajo o trabajo remoto cogió desprevenidas a muchas empresas y, hoy en día, cuando muchos empleados han regresado a la oficina y otros permanecen fuera de ella, los empresarios se enfrentan a un nuevo reto: mantener la cultura de la empresa en el entorno de trabajo híbrido.
Encuestas recientes obtenidas desde diferentes departamentos de RRHH a nivel internacional, como SHRM, han mostrado que el 65% de las organizaciones analizadas tienen dificultades para mantener el espíritu de empresa de los empleados. La conclusión es que el cambio a un modelo híbrido de trabajo ha causado desafíos imprevistos para muchos negocios a escala global.
Actualmente ,tanto empresas como empleados manejan mejor los retos técnicos de un lugar de trabajo híbrido, lo que conlleva volver a plantear cómo hacer frente a los desafíos de mantener una cultura de empresa funcional en este nuevo entorno.
El hecho de conseguirlo es vital para el rendimiento de su negocio y, según McKinsey, las empresas con una cultura efectiva generan 3 veces más beneficios. En Gran Via Business & Meeting Center, como centro con opciones de workspaces flexibles de referencia en Barcelona, han encontrado oportuno transmitir una serie des consejos para mantener la cultura de la empresa en un entorno de trabajo híbrido.
El objetivo es un ingrediente vital de la cultura de empresa. Con la difusión de las líneas entre lo personal y lo profesional como resultado de las nuevas condiciones del lugar de trabajo, los empleados están más atentos a las preguntas sobre su propósito e impacto y por qué deberían seguir haciendo lo que están haciendo.
Hacer hincapié en la importancia del trabajo individual de los miembros del equipo y su efecto en los resultados generales ayuda a las personas a ver cómo encajan en la totalidad del trabajo de la organización. Como resultado, esto puede ayudar a reforzar su sentimiento de pertenencia al equipo y de participación en cualquier proyecto en el que estén comprometidos.
Una posible fuente de fricción dentro de un equipo híbrido es la cuestión de si las preferencias, necesidades y límites de trabajo de todos son aceptadas por igual.
Un temor común entre los trabajadores remotos es que su aportación no sea valorada de la misma que la de los trabajadores presentes en la oficina. Por lo tanto, ser inclusivo con las aportaciones de los empleados y centrarse en su impacto y resultados, más que en el lugar donde se encuentra el empleado, es muy importante para una cultura saludable.
Las empresas también deben considerar el espacio remoto como una extensión de la empresa y proporcionar la tecnología necesaria para apoyar las condiciones óptimas de trabajo.
Uno de los argumentos en contra del modelo híbrido flexible es que puede acabar creando una situación caótica y sin el control necesario. Aquí es donde los directivos y los equipos deben aprender a trabajar en equilibrio con la estructura establecida.
Para garantizar que se mantiene la cohesión necesaria en el equipo, hay que considerar la posibilidad de introducir una estructura predecible y que se establecer con antelación, para facilitar la organización de reuniones e interacciones entre los diferentes miembros de la empresa. Esta estructura mantiene unida la red cultural de la empresa y al mismo tiempo, permite la autonomía del trabajador durante el resto del tiempo.
La falta de responsabilidad erosiona la confianza y la conexión, por lo que los equipos híbridos deben mantener un alto grado de responsabilidad en todo momento. Hay que observar su trabajo y sus retos y buscar soluciones significativas en todo caso.
Al mismo tiempo, una cultura empresarial sana no debe excluir el conflicto. Al contrario, los líderes deben encontrar formas de apoyar los desacuerdos sanos que ayuden a aclarar lo que de otro modo podría quedar enterrado o exagerado innecesariamente. Establecer procedimientos para los desacuerdos y la variedad de opiniones es una forma de abordar esta cuestión.
Por último, la accesibilidad de los directivos se correlaciona con el rendimiento y la confianza de los miembros del equipo. También crea una mayor sensación de seguridad y, por tanto, reduce la incertidumbre y la desconexión.
Aunque esto puede ser más difícil de conseguir en un modelo híbrido, es aún más importante. Comprobar regularmente cómo están los miembros del equipo, responder a sus preguntas y comunicar que se está presente de forma constante son formas importantes de ayudar a fortalecer la cultura de la empresa.